La libertad del individuo en una sociedad no se reduce a solo poder elegir qué comprar y qué vender, sino más bien en líneas generales a poder desarrollar un proyecto de vida personal sin más límite que no ejercer daño o violentar el derecho de terceros.
En ese sentido, la indicación ingresada al proyecto de ley de adopción que permite que el juez otorgue adopción a parejas homoparentales, hay que celebrarla como un avance necesario para poner fin a esta discriminación.
En primer lugar, reconoce que hay muchas formas de familia, que la sola existencia de un padre y una madre no garantiza que ese hogar sea un mejor hogar. Así, comienza a definirse que un clima de afecto responsable puede ser entregado de igual forma por una viuda, un viudo, alguien divorciado o parejas homosexuales. La capacidad de amar no está limitada por la nomenclatura legal, que regule la convivencia entre dos personas.
Más aún, es significativo que dicha indicación haya sido ingresada por el Presidente Piñera, reconociendo así que los derechos de la comunidad LGBT no son solo un asunto de la izquierda, sino de Derechos Humanos que deben tener espacio en una coalición centro derecha, que considere a los individuos como motor de la sociedad a través de sus deseos naturales de prosperar, emprender y relacionarse con otras personas en la forma que lo deseen.
Dicha indicación, le abre además las puertas de mayores posibilidades de adopción a miles de niños y niñas que hoy están en Sename en condiciones precarias, algunos incluso con riesgo cierto de muerte. No solo se liberan recursos de esos hogares, si no que se cambia la cruda realidad de esos espacios por una realidad de afecto y cariño.
Por último, existe preocupación respecto a cómo puede ser el desarrollo de niñas y niños criados por parejas homosexuales. Al respecto, evidencia muestra que en términos generales, les va igual de bien que a los niños criados por parejas heterosexuales. (Crowl A, Ahn S, Baker J Systematic review Journal, Journal of GLBT Family Studies)
Una mejor solución, hay que reconocerlo, hubiese sido explicitar que no podrá elegirse a una pareja heterosexual solo en base a su condición de género, sino solo demostrando capacidades afectivas, económicas y las condiciones generales necesarias para hacerse cargo de un niño o niña.
En conclusión, la indicación es un gran paso adelante, que ojalá prospere en el Congreso para poner fin a una larga historia de discriminación arbitraria y de paso, llevar a la centro derecha a un espacio realmente liberal.